América Latina y el Caribe ha sido una de las regiones del mundo más afectadas por la pandemia de COVID-19 y, a casi tres años del inicio de esta, sus efectos todavía repercuten en las sociedades y economías de la región. La pandemia irrumpió en un escenario complejo y profundizó las desigualdades que han caracterizado históricamente a la región. Este escenario desencadenó notorias caídas de la ocupación y la participación laboral, que incidieron en mayor medida en las mujeres, las personas jóvenes, y las que trabajan en el sector informal y perciben ingresos bajos.