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Interrelationship of the autonomies

Las interrelaciones dan cuenta de la integralidad de los procesos de transformación requeridos para lograr la igualdad de género y la participación de las mujeres en el desarrollo sostenible La igualdad de género requiere transformaciones en las tres dimensiones de la autonomía de las mujeres: en la física, en la política y en la económica. Sin embargo, los fenómenos de desigualdad de género requieren ser analizados en una perspectiva interrelacional, de manera de dar un salto cualitativo en la comprensión de los distintos mecanismos que se entrecruzan y generan o potencian la desigualdad entre hombres y mujeres. La autonomía entendida como “la capacidad de las personas para tomar decisiones libres e informadas sobre sus vidas, de manera de poder ser y hacer en función de sus propias aspiraciones y deseos en el contexto histórico que las hace posibles” (CEPAL, 2011), es un factor fundamental para garantizar el ejercicio de sus derechos humanos en un contexto de plena igualdad y en este sentido una condición para la superación de las injusticias de género.  La autonomía se convierte en un elemento central para alcanzar la igualdad, como un derecho humano fundamental, y una precondición para que las mujeres actúen como sujetos plenos del desarrollo. En el caso de las violaciones a los derechos vinculados a la autonomía física, se observan efectos sobre la autonomía económica de las mujeres en relación a: la capacidad de generar ingresos propios, el descenso en los niveles de productividad, el ausentismo laboral, la pobreza (gasto de bolsillo, transmisión intergeneracional), o la propiedad de bienes, entre otras o a la inversa, la falta de autonomía física o las dificultades en el control de sus propios cuerpos repercuten en las condiciones necesarias para el logro de la autonomía económica. Los principios de no discriminación y de igualdad de género se interrelacionan para avanzar hacia la igualdad sustantiva poniendo en el centro del debate, las múltiples e interconectadas formas de discriminación contra las mujeres en toda su diversidad. De esta forma se evita tener una visión única o universalista de las mujeres y se toman en cuenta las desigualdades y discriminaciones por razones de sexo, raza/etnia, orientación sexual, identidad de género, pobreza y otras condiciones supeditadas al racismo, al heterosexismo y homofobia, entre otras. Las autonomías interactúan formando un complejo engranaje que no puede ser interpretado,   y mucho menos abordado aisladamente.  Estas   requieren ser vistas   en sus relaciones, interdependencias y con un enfoque integrador.

Latest regulation

  • Gender Work Plan 2013 (Genderwerkplan 2013)

    This Work Plan is the predecessor in the process to formulate a National Gender Policy and contains five critical areas, namely: Education and training; Labor, Income and poverty alleviation; Violence; Health; and Control and decision-making. These 5 critical areas have been evaluated and preparations are being made for the formulation of gender policy 2017- 2021.

  • National Policy on Gender and Development of the Republic of Trinidad and Tobago

    The National Policy on Gender and Development provides a framework for including gender perspectives in all activities of government and civil society, thereby promoting the full and equal participation of men and women in the development process.

    Development strategies are clearly more equitable when they consider the different needs, constraints, opportunities and priorities of men and women. Compelling evidence suggests that such inclusive strategies are also far more effective and sustainable.

  • National Policy for Gender Equality

    The National Policy for Gender Equality outlines Jamaica’s commitment towards gender equality. It encapsulates the different outcomes expected in order to achieve gender equality. A national policy on gender would encourage the Jamaican community to recognize that development, as a multidimensional process, must involve the reduction of gender inequalities as an integral element of achieving broadbased equitable growth. This would contribute to good governance by highlighting and integrating the concerns of women and men in all of the Government’s development policies, plans and programmes. In this respect, a national policy on gender would provide an enabling environment for achieving the goals of fairness and socio-economic justice for women and men in keeping with the objectives of Vision 2030.

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