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Notas para la igualdad Nº20: Las niñas y las adolescentes y la temprana construcción de los roles de género
En nueve países de América Latina, las encuestas de uso de tiempo permiten identificar las horas promedio semanales dedicadas al trabajo no remunerado entre adolescentes de 15 a 17 años (Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú y Uruguay). En todos los casos, las adolescentes dedican más horas a este trabajo que los adolescentes, y en cinco de estos países, estas llegan a las 20 horas semanales o más, la mitad de una jornada laboral de 40 horas.
Estos datos muestran cómo el trabajo no remunerado de cuidado y su desigual distribución obstaculiza el acceso a la educación de las niñas y las adolescentes, y alerta sobre el temprano arraigo de los patrones culturales que perpetúan la desigualdad de género en las familias, la escuela y la comunidad.
En el Día Internacional de la Niña, es fundamental resaltar la necesidad de consolidar información y análisis específicos sobre su situación, para contar con evidencia para el diseño de políticas que erradiquen las barreras que afectan a niñas y adolescentes para el logro de su autonomía y ejercicio de derechos y les aseguren el bienestar en el presente y futuro. Así lo contempla la Agenda Regional de Género en sus casi 40 años de construcción (véase:http://www.cepal.org/es/publicaciones/40333- 40-anos-agenda-regional-genero), comprometiendo a los gobiernos de la región a implementar políticas públicas en diversos ámbitos, incluidos la educación, la salud sexual y reproductiva, la prevención de la maternidad infantil y adolescente, el combate a todas las formas de violencia y de discriminación de género desde la infancia, además de la participación de las niñas y las adolescentes en las decisiones que las afectan.
Principales medidas para combatir la desigual distribución sexual del trabajo desde la infancia:
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Consolidar políticas integradas de cuidado con enfoque de género como componente de los sistemas de protección social que visibilicen e incidan en la situación de niñas y adolescentes que ejercen trabajo de cuidado.
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Implementar estrategias comunicacionales y educativas para promover la corresponsabilidad social del cuidado entre hombres y mujeres y desmantelar los estereotipos de género desde la infancia, deteniendo la deserción escolar por razones vinculadas al trabajo de cuidado.
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Considerar, en particular, la situación de niñas y adolescentes en hogares pobres, con alguna discapacidad, que pertenecen a pueblos indígenas o son afrodescendientes.